Caballería Araucana: Entre el mito y el heroísmo épico

No hay consenso respecto a la existencia de la Caballería Araucana en la época conocida como La Conquista y siglos posteriores. Sin embargo, existen varias referencias a lo que se conoció como “Caballería Mapuche”, Caballería Purenense” y, los más conocidos: Los Purenes. Estos últimos, pueden ser considerados como una mítica Caballería de fines del siglo XVI que lideró el mayor de los estrategas jamás conocido, al menos en esa época: Pelantaro.

De acuerdo a lo manifestado por historiadores y cronistas, el uso del caballo por parte de los araucanos en la guerra, se habría iniciado con Lautaro a mediados del siglo XVI. No obstante, medio siglo después, en la época de Anganamón, Huaiquimilla y Pelantaro, es donde este noble animal, cobró relevancia por su rol preponderante en la inclinación de la balanza hacia el triunfo de Curalaba.

No es vano indicar que fue el caballo,  el factor gravitante en el desenlace de la guerra que se desarrollaba en Chile entre españoles y araucanos. Hacia el año 1598, esta Caballería habría contado con 4.000 caballos, un número muy superior a Caballería Española. Otra diferencia importante que se daba entre estas dos Caballerías, aparte de la numérica, era la ocupación del caballo en el cotidiano vivir: mientras los españoles utilizaban el caballo para la guerra y para labores agrícolas y de carga, los araucanos lo utilizaban casi exclusivamente para la guerra.  El resto del tiempo, el caballo araucano, por denominarlo de alguna forma, pastaba de manera apacible en las grandes praderas al otro lado del Bío Bío.

Pelantaro, de alguna forma, fue más pragmático que Lautaro. Pelantaro se trazó el objetivo de expulsar a los españoles desde el río Bio Bío hacia el sur. Esta meta la consiguió hacia fines del siglo XVI, cuando fue muerto y derrotado el Gobernador Martín Oñez de Loyola en la Batalla de Curalaba y expulsado su Ejército de las tierras al sur del Bío Bío. Ninguna villa quedó en pie en esa época y fue establecida una frontera que permaneció durante trescientos años. 

Los siglos venideros, fueron de  una paz quebradiza. Sin embargo, esta paz duró casi trescientos años, pues, en todo ese periodo, no se volvieron a establecer de manera permanente los españoles en la zona conocida como La Frontera. Esta zona se caracterizó por la implementación de una cadena de Fuertes de Defensa Española que comenzaba en la zona cordillerana del Bío Bío y terminaba en el mar. Hacia el sur era territorio Araucano; hacia el norte, español.

LA MÍTICA CABALLERÍA DE LOS PURENES
Purén, fue el centro de la resistencia a la Conquista. La Caballería de Los Purenes, dominaba desde esta zona hasta el Cautín y, su centro de operaciones, eran los pajonales e islas del lago Budi, según nos recuerda el afamado historiador, Tomás Guevara. En esta zona se libraron las grandes batallas y, en esa zona, se mantuvo esta Caballería protegiendo “La Frontera”.

Los araucanos llegaron a dominar de manera magistral al caballo. Diversos cronistas y autores se refieren a las técnicas que utilizaron para dominarlo: cabalgar en el vientre del caballo en la huída cuando se ingresaba al bosque, transportar al infante tomado de la cola del caballo en pendientes y en ciénagas, llevar al apa a un guerrero en lo que se conocía como infantería montada. Caballo y guerrero llegaron a ser uno solo. El araucano podía estar jornadas completas montado, pues llevaba su alimentación y sus armas en su caballo.

Así también, se implementaron diferentes métodos en la guerra, como por ejemplo: el ataque por líneas que incluían casi un centenar de guerreros, el uso de flecheros, lanceros y guerreros de ataque cuerpo a cuerpo. En este último caso se usaban armas como picas, flechas y macanas, según manifiesta el soldado y cronista de comienzos del 1600, Alonso González de Nájera en el texto “Desengaño y reparo de la guerra del reino de Chile”  Este autor también señala que, de estas armas la más temida era la macana, que se levantaba con las dos manos y se dejaba caer sobre el objetivo produciendo un golpe tan fuerte que no había nadie que lo soportase:  “Corta el aire y asienta tan  pesado golpe donde alcanza que no hay celada que no abolle, ni hombre que no aturda y derribe; y aún es tan poderosa esta arma que se ha visto algunas veces hacer arrodillar a un caballo”.

En síntesis, lo que se quiere explicar es que, efectivamente hubo un Ejército preparado y entrenado para enfrentar un enemigo poderoso y desconocido, con el cual se luchó de manera decidida, apasionada y heroica hasta expulsar al invasor al norte del Bio Bio y establecer una frontera que se mantuvo por más de tres siglos. 

La Caballería Araucana, entonces, viene a desequilibrar la Guerra que enfrenta a Araucanos con Españoles, pues la incorporación de este noble animal en las filas araucanas significó el triunfo de éstos sobre los invasores.

Nota: prontamente será impreso un libro, con el apoyo de Parque Eólico Lebu-Toro, que describe de manera extensa algunos episodios sobre esta Caballería, así como el origen del caballo Chileno y araucano, entre otros puntos.

Pelantaro se apresta a iniciar batalla junto a su Ejército de Los Purenes. Lo observamos junto a sus tropas en el Lago Budi realizando todos los preparativos para iniciar la marcha hacia Curalaba. (Óleo de pintor Álvaro Pardo).

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