Quinientas sesenta mil hectáreas afectadas a nivel nacional hasta el 31 de enero de 2017 reporta la ONEMI, de las cuales, casi 90.000 corresponden a la octava región del Bío Bío, Miles de personas evacuadas, cientos de viviendas siniestradas. Vecinos,
carabineros y bomberos muertos en combate contra el fuego. Bosque nativo consumido por las llamas y miles de individuos de fauna y flora muertos producto de esta tragedia. A esta breve síntesis de las primeras consecuencias de estos megaincendios hay que agregar los millones de toneladas de CO2 liberadas a la atmósfera, el aumento de miles de hectáreas desertificadas y la desaparición de centenares de vertientes y napassuperficiales.

Los incendios forestales son tragedias que se vienen repitiendo desde décadas en Chile y, cada vez con mayor intensidad, pareciera. Sin embargo, no hay que olvidar que este es un tema que se arrastra de siglos. Hacia comienzos del siglo XX las regiones del sur chileno ardieron durante años debido al roce que se realizó para incorporar las tierras cubiertas de bosques nativos a la ganadería intensiva. Los vestigios de esa tragedia aún se pueden observar manifestados en los miles de troncos de lengas o coigües muertos que permanecen producto de esta tragedia, principalmente en la decimoprimera región, donde fueron consumidas por las llamas alrededor de tres millones de hectáreas de acuerdo a la prensa de la época.
Existen datos respaldados por la Corporación Nacional Forestal, CONAF, que indican que entre 1964 y 2009 se consumieron dos millones de hectáreas con un total de 188 mil incendios. Estos datos se pueden observar en el libro “Los grandes incendios forestales de Chile” de Herbert Haltenhoff, autor que realiza un minucioso análisis de la ocurrencia de este tipo de siniestros en Chile.
El sur chileno fue incorporado a hacha y fuego por siglos. La gran mayoría de los bosques que hoy observamos son renovales de especies primarias. El ciclo fue el siguiente: bosque nativo primario cortado y quemado. Luego las tierras fueron utilizadas por siglos para agricultura intensiva. Posteriormente vino la erosión y pérdida de productividad y, finalmente las plantaciones forestales que cubrieron de pinos y eucaliptus – no sólo los suelos erosionados o desertificados – sino que muchas tierras aún aptas para la agricultura y también suelos en donde se realizó la sustitución del bosque nativo. Y, ahora, son estas plantaciones uno de los mayores focos de incendios, pues son combustibles y los árboles plantados sobrepasan el óptimo por hectárea, es decir, su densidad por hectárea es superior a lo que la naturaleza de por sí puede soportar.

A la pérdida de vidas, plantaciones forestales, viviendas, infraestructura y otras áreas afectadas, se suma la pérdida de la biodiversidad que pareciera que nadie ha evaluado. En Chile, la pérdida de fauna y flora nativa no ha sido valorizada como corresponde y, son muy pocas las acciones de reparación o restauración que se han llevado a cabo con el propósito de devolver a la naturaleza sus ciclos, especies y ecosistemas afectados. No obstante, el Ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, ha manifestado que ya se creó un Comité de Restauración Ecológica que abarcará las regiones metropolitana, sexta, séptima y octava siendo su principal función el evaluar el daño causado a especies y ecosistemas, como por ejemplo, el daño al bosque tipo esclerófilo (el menos representado en las Áreas Silvestres Protegidas del Estado, SNASPE), flora y fauna nativa en general. Así también, este Comité, realizaría la elaboración y ejecución de Planes de Restauración Ecológica.
Hay que indicar que a nivel regional, el Área Protegida más afectada ha sido la Reserva Nacional Nonguén que se ubica entre las comunas de Concepción, Chiguayante y Hualqui. También se ha visto afectado seriamente el bosque esclerófilo costero que está protegido a través del SNASPE en menos de un 2% .
Existen expertos que establecen que el mejor método para recuperar la biodiversidad afectada es el dejar hacer al medio ambiente, que sea la naturaleza misma quien se ocupe de restaurar lo afectado. Una suerte de laissez faire, laissez passer, en donde, claramente no se evalúan los daños profundos que provoca el fuego en el suelo y en las especies nativas y/o endémicas que conforman la biodiversidad de un bosque. Al parecer, éste es el método que se ha utilizado en Chile las últimas décadas con las miles de hectáreas de araucarias, robles, lengas entre otras varias especies afectadas. Sin ir más lejos, esta fue una de las alternativas que se evaluó en el Megaincendio que afectó el año 2012 al Sitio prioritario para la Biodiversidad, “Cerro Cayumanqui”, ubicado en la comuna de Quillón, en donde, además de este método, se realizaron forestaciones con especias nativas y se crearon barreras para evitar la erosión y la formación de cárcavas entre otras medidas. También se elaboró un Plan de recuperación de la fauna silvestre, orientado, principalmente, a las aves rapaces, especies fundamentales para mantener el equilibrio ecológico y, a la vez, las especies que más fueron afectadas en esa oportunidad fueron, justamente, las rapaces.
QUÉ ACCIONES PREVENTIVAS REALIZAR PARA PREVENIR INCENDIOS FORESTALES EN PREDIOS PARTICULARES
?Construir la vivienda o infraestructura alejada de bosques o plantaciones. Lo ideal es realizar prados alrededor a modo de cortafuegos verdes.
? Realizar cortafuegos alrededor de las plantaciones forestales o de las malezas con el fin de detener un foco de incendio.
? Habilitar una fuente de agua que permita mojar la infraestructura o vivienda en caso de incendio (Piscinas, pozo, grifo u otro)
? Crear una Brigada Forestal en caso de tratarse de una Empresa o Institución. Brigada capacitada que sea la primera avanzada con que se encontrará el fuego antes que llegue bomberos y Conaf
?Realizar mantención de cortafuegos de manera permanente.
La sequía prolongada, el cambio climático, la intencionalidad en el origen de los incendios, la falta de infraestructura, equipos y personal hacen pensar que este tipo de tragedias se volverán a repetir el próximo año a menos que las autoridades y los expertos en estos temas logren crear las condiciones y restricciones que ayuden a prevenir estos desastres. Por ejemplo, que la entidad pertinente fiscalice de manera efectiva las plantaciones forestales y de sanciones a quienes continúen realizando plantaciones sustituyendo el bosque nativo, plantando en quebradas o a orillas de cursos de agua. Hay que indicar que todas estas restricciones están establecidas por norma, sin embargo, no se respetan. Prohibir plantaciones cercanas a centros poblados: Existen comunas en la Región del Bío Bío en donde más del 50% de su superficie la conforman plantaciones forestales. Así también, educar a la población y comunicar de manera efectiva los reales alcances de este tipo de tragedias que enlutan a nuestro país.
Pedro Arrey Garrido, Periodista